Aquí hay una lista de las 10 frutas y verduras más contaminadas

Comer cinco frutas y verduras todos los días no necesariamente será bueno para la salud. La asociación de consumidores UFC-Que Choisir vuelve a dar la voz de alarma: más de la mitad de las frutas y verduras de cultivo intensivo están contaminadas con pesticidas que representan un peligro para la salud.

Para llegar a esta conclusión, revisé los datos oficiales de los controles implementados en 2019 sobre muestras tomadas al azar. El resultado es alarmante: se sabe que los pesticidas identificados son cancerígenos pero también tóxicos para la reproducción o el ADN.

Se hace una clasificación por categoría. En cuanto a la fruta, las cerezas se destacan: el 91,9% de las muestras mostró rastros de pesticidas, incluida la fosmita que perjudica la fertilidad. El pomelo viene después con un 90%. La sustancia más común es el pirroxifeno, un disruptor endocrino (EP). Luego vienen los melocotones, las manzanas y las uvas.

La membresía se ve mucho menos afectada

En cuanto a las hortalizas, el apio es el más contaminado con un 91,2 %. Las coles de Bruselas también han sido incluidas en la lista negra, particularmente por la presencia de boscalide, un fungicida ampliamente utilizado. La okra (o quimbombó) ocupa el tercer lugar, seguida de las judías verdes y el apio.

Sin embargo, el estudio reveló que los productos orgánicos se vieron mucho menos afectados: seis veces menos para las muestras de tomate orgánico y siete veces menos para las judías verdes. Si este último punto es una noticia tranquilizadora, UFC-Que Choisir critica esta posición: «No es aceptable obligar a los consumidores a cambiar a una oferta más cara, cuando estos preocupantes resultados globales son el resultado de un marco regulatorio particularmente laxo». Ella explica en el comunicado de prensa que publica estos hallazgos.

Requiere fortalecer el marco regulatorio nacional y europeo, en particular a través de la reforma de los procedimientos de licencia para el uso de pesticidas y la prohibición inmediata de la comercialización de las partículas más peligrosas en aplicación del principio de precaución.

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