En la capital mexicana, Modors, la patria de los toros más grandes del planeta, lucha para evitar una práctica que fue introducida hace cinco siglos por los conquistadores españoles.
Aunque el debate no es nuevo, en diciembre una Comisión de Bienestar Animal de la Ciudad de México aprobó una propuesta para prohibir el patrimonio en la ciudad, que tiene una población de unos nueve millones.
El ímpetu por abandonar las corridas de toros, la industria multimillonaria que la rodea, enfrenta un futuro incierto después de que termine la temporada del domingo.
Aún no se ha fijado una fecha para una votación de los legisladores de la ciudad mexicana sobre el tema, luego de que la comisión optara por iniciar un diálogo con la población afectada.
México es un bastión taurino, con su capital, la Plaza de Torres, albergando a unas 50.000 personas.
Los defensores de su caso han estado trabajando para que la transcripción real de esta declaración esté disponible en línea.
«Vivimos en una época de respeto por las minorías y respeto por el libre pensamiento. ¿Dónde se aplica la palabra prohibición?» Rafael Cue, periodista e integrante de Tauromaquia Mexicana, dijo que reúne a aficionados, toreros, ganaderos, compañeros y comerciantes.
La organización argumenta que si las autoridades imponen los valores morales de un sector de la sociedad sobre otro, la prohibición es «una muy mala noticia» para la libertad.
«De esta manera, se podrá prohibir la interferencia legal con el embarazo o el matrimonio entre personas del mismo sexo», dijo en un comunicado.
El panel quiere que la prohibición propuesta se discuta desde la perspectiva de la «libertad» y no sea «débito o políticamente correcta».
Quienes se oponen a las corridas de toros no resisten a los argumentos de los partidarios porque consideran animales como un objeto y generalmente ignoran el impacto social de su mal uso.
“Afecta mi convivencia en la sociedad, entonces tengo el deber y el derecho de actuar en contra de este derecho del tercero minoritario”, dijo un miembro de Izquierda Revolución Democrática (PRD).
Científicamente, se puede demostrar que el toro es vulnerable durante la lidia, dijo.
Hasta ahora, solo un puñado de los 32 estados de México han prohibido las corridas de toros.
Siete de ellos protegen el patrimonio – durante el siglo XVI, los españoles conquistaron la tradición pre – cultural.
Juan Pedro Laguno, un nieto de 22 años de edad de un modernista y criador de México, dijo que era un «privilegio» para entrar en el ring para pelear un toro que había conocido desde su nacimiento.
«Es algo muy bonito, porque lo supe desde pequeño y por fin puedo subirme al cuadrilátero para crear algo inolvidable, indescriptible», dijo a la AFP.
Laguno cree que un toro «nace para torear» y para morir en un recinto de toros.
Reconociendo el coraje público, forma de vida digna es la despedida.
Encabezó 343 millones de dólares en 2018, creando cerca de 80.000 empleos directos y 146.000 indirectos, según datos del sector confirmados por el Ministerio de Agricultura.
México no es el único país de la región que discute el futuro de las corridas de toros.
En Venezuela, que tiene una larga tradición taurina, los jueces prohibieron eventos en dos estados en diciembre y enero.
En junio de 2020, las autoridades decidieron prohibir el maltrato y la matanza de toros en las corridas de toros en la capital colombiana, Bogotá.
Por el contrario, el mismo año, la Corte Suprema de Justicia de Perú se negó a prohibir esta práctica.
Otros países donde se permite taurina incluyen España, Francia y Portugal.
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