Esta es la primera vez desde su lanzamiento en 2018 que este satélite, que lleva sensores de la Agencia Espacial Europea (ESA) y Japón (JAXA), realiza un sobrevuelo de su planeta «objetivo».
Imágenes únicas. El satélite BepiColombo dedicado a la exploración de Mercurio tomó sus primeras fotografías del planeta más cercano al sol, que el instrumento voló a una altitud de unos 200 km, anunció este sábado la Agencia Espacial Europea.
Esta es la primera vez desde su lanzamiento en 2018 que este satélite, que lleva sensores de la Agencia Espacial Europea (ESA) y Japón (JAXA), realiza un sobrevuelo de su planeta «objetivo».
BepiColombo está programado para orbitar Mercurio solo en 2025, porque es muy difícil llegar a los planetas más pequeños del sistema solar.
La foto fue tomada a unos 1000 km de distancia.
En vuelo, las cámaras de vigilancia proporcionaron imágenes en blanco y negro. Pero después de que la máquina llegó al lado nocturno del planeta, las condiciones no eran «ideales» para tomar fotografías directamente al punto más cercano (199 km), y solo se pudo capturar el más cercano. A una distancia de unos 1.000 kilómetros, dijo la Agencia Espacial Europea en un comunicado.
En estas imágenes, podemos identificar grandes cráteres de impacto en la superficie, que se formaron como resultado de erupciones de lava masivas hace miles de millones de años. «Es increíble ver finalmente nuestro planeta objetivo», dijo Elsa Montagnion, jefa de operaciones de naves espaciales de la misión.
La misión BepiColombo debe estudiar la formación de Mercurio para resolver el misterio de la formación de este planeta calcinado, el menos explorado de los cuatro planetas rocosos del Sistema Solar.
Cinco vuelos más planeados
Se planean cinco vuelos más sobre Mercurio antes del destino final de la misión, durante una ruta compleja que también verá al satélite volar sobre Venus y la Tierra.
BepiColombo no se puede enviar directamente a Mercurio: la gravedad del Sol es tan fuerte que sería necesario realizar una maniobra de frenado gigante para tener éxito en el posicionamiento del satélite, lo que requeriría cargar tanto combustible para una nave espacial de este tamaño.
La gravedad ejercida por la Tierra y Venus, llamada asistencia gravitacional, les permite desacelerar «naturalmente» durante su viaje.