Una dosis de prevención y la clásica represión de las trampas o los antibióticos: el seguro de salud introdujo este jueves 30 medidas para frenar su gasto hasta los 1.200 millones de euros el próximo año.
La Caja Nacional del Seguro de Salud (Cnam) aún no está fuera del Covid-19, y mantiene una meta de ahorro de la mitad de la meta de 2 mil millones cada año antes de la crisis sanitaria, de un total de unos 230 mil millones en gasto.
bueno para la prevención
Indicando las nuevas prioridades del Poder Ejecutivo, su tradicional informe «Gastos y Productos» para 2023 le da un lugar de protagonismo a la prevención, que ahora se adjunta al nombre del Ministerio de Salud. El Cnam se centra especialmente en la insuficiencia cardíaca, con una campaña de información pública sobre «señales de advertencia» desde finales de septiembre y el deseo de generalizar la monitorización remota a 300.000 pacientes «graves».
Otras propuestas se hacen eco de las promesas de campaña de Emmanuel Macron, como «identificación sistemática de trastornos visuales y del lenguaje para todos los niños de 3 años». El jefe de Estado reelecto había mencionado la «detección temprana de brechas de desarrollo» sin especificar a qué edad. Sin embargo, estos nuevos enfoques “basados en la patología” o “basados en la población” representan solo una minoría (160 millones de euros) de los ahorros esperados.
Negociaciones de cadena estrecha
La gran pieza se enfoca en medicamentos regulares (menos antibióticos, más biosimilares), dispositivos médicos (apnea del sueño, vendajes), paros laborales, transporte médico y varios fraudes.
El seguro de salud también está marcando algunos hitos antes de una intensa serie de negociaciones. Los «altos» márgenes de los laboratorios bioanalíticos, potenciados por la crisis sanitaria, se esgrimieron para justificar la renegociación de precios al inicio del curso escolar. Mismo horario, mismo camino para los odontólogos: Queriendo extender el «100% Salud» a la ortodoncia, Cnam destaca los sobrecostos en honorarios e ingresos para los profesionales involucrados.
Lo mismo para los médicos, que tendrán que arreglar su convenio con la Seguridad Social: se analiza al detalle sus ingresos, pero sobre todo el encarecimiento de sus recetas. Pero el fondo está dispuesto a darles tiempo para pagar más paramédicos y solucionar el problema de los 6 millones de asegurados sin médico.