Malika El Aroud, de 64 años, fue despojada de su ciudadanía belga en virtud de una sentencia emitida por el Tribunal de Apelación de Bruselas el 30 de noviembre de 2017, “por su grave incumplimiento de sus deberes como ciudadana belga”. Entonces ella solo tenía su nacionalidad marroquí.
El proceso en su contra se inició después de que la interesada fuera condenada a ocho años de prisión por participar en las actividades de un grupo terrorista vinculado a Al Qaeda, por el Tribunal de Apelación de Bruselas, en 2010. Fue condenada por organizar, junto con su marido, Moez Korsalawi, una red para enviar combatientes yihadistas de Bélgica a Afganistán. Malika El Aroud había estado casada anteriormente con otro yihadista, Dahman Abdul Sattar, con quien se había unido en Afganistán. Este hombre fue uno de los autores materiales del asesinato del Comandante Massoud en Afganistán el 9 de septiembre de 2001, dos días antes de los ataques estadounidenses.
El 11 de octubre de 2018, Malika El Aroud fue detenida con el objetivo de expulsarla y trasladarla al clausurado Centro Borouge. Luego su abogada, Ana Nicholas Cohen, solicitó asilo político, el cual le fue denegado.
El abogado también inició un procedimiento muy urgente ante el Consejo de Reclamaciones de Extranjería, citando el hecho de que su cliente sería sometido a torturas o tratos inhumanos y degradantes si regresaba a Marruecos.