India ya no puede prescindir de Moscú

    India ya no puede prescindir de Moscú

    IndiaPrimeroIndia primero. Desde que llegó al poder, el primer ministro Modi ha hecho su mantra y la guerra que se libra actualmente en Ucrania no ha cambiado su postura. Sus intereses son lo primero. No importa si el ejército ruso cometió crímenes de guerra o destruyó ciudades ucranianas, India sigue perdonando a Vladimir Putin.

    Al igual que China o Sudáfrica, se abstuvo de votar las resoluciones de la ONU que exigen que Rusia deje de usar la fuerza contra Ucrania. Invitados a participar en la cumbre del G7 a principios de semana, Francia y algunos otros países emergentes no quisieron participar en la parte del discurso de clausura que condena ‘Una guerra de agresión injustificada’ encabezado por el presidente ruso. Si India exige un cese inmediato de las hostilidades, no logra explicar la responsabilidad de Rusia, con la que tiene relaciones históricas y de la que depende en gran medida para sus compras de armas y municiones. Más bien, se está aprovechando de la situación para comprar petróleo que Moscú vende, bajo las sanciones occidentales, a precios de ganga.

    Entre Vladimir Putin tratando de redirigir sus flujos comerciales y los occidentales que buscan ampliar el frente de las democracias contra Moscú y Beijing, Nueva Delhi, que muestra una postura histórica de no alineación en las relaciones internacionales, juega ambos. En el contexto de la rivalidad regional con China y Pakistán, no quiere alienar ni a Rusia, a la que apoyó en el tema de Cachemira, ni a los estadounidenses, que prometen inversiones a gran escala, ni a los europeos, que simplemente tienen. Reanudación de negociaciones para un tratado de libre comercio.

    Pero India ya no puede esconderse detrás de la neutralidad oportunista. Si no ratifica las sanciones contra Moscú, debería cuestionar su conciencia cuando se convierta en socio de Rusia ayudándola a compensar sus pérdidas económicas. Ante la agresión brutal e imperial, esperad de él, que se precia de ser la democracia más grande del mundo, una clara condena a Rusia.