¿Qué hay detrás del estancamiento energético entre Canadá, México y EE. UU.? | Noticias de negocios internacionales

El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador ha dicho que México tiene un derecho ‘inalienable’ a los recursos energéticos de México.

Los líderes de Canadá, México y Estados Unidos tienen previsto celebrar una cumbre la próxima semana, donde una disputa polémica podría centrarse en si México violó un acuerdo comercial al endurecer los controles gubernamentales en su mercado energético.

¿Dónde queda la controversia?

Las tensiones por las políticas nacionalistas de México se convirtieron en una disputa formal en julio, cuando los gobiernos de Washington, DC y Ottawa presentaron quejas contra México en virtud del acuerdo comercial común de los países: el Acuerdo entre Estados Unidos, México y Canadá (USMCA).

La demanda argumentó que los esfuerzos del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, discriminaron a las empresas estadounidenses y canadienses al cambiar el mercado a favor de la petrolera estatal mexicana Petróleos Mexicanos (Pemex) y su empresa eléctrica nacional, la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

Las empresas también se quejaron de que los retrasos burocráticos obstaculizaban sus operaciones.

Las negociaciones para resolver la disputa comenzaron, aunque el progreso se estancó, y Canadá y Estados Unidos acordaron el año pasado extender el proceso más allá de su ventana inicial de 75 días.

Según el USMCA, si la disputa no se resuelve durante la consulta, se puede convocar a un panel de disputas para adjudicar.

¿Cuál es la defensa de México?

López Obrador dijo que México no ha violado ninguna ley y que «no va a pasar nada».

Luego de reformar el mercado eléctrico en nombre de la soberanía nacional, dio prioridad a la CFE sobre las empresas privadas en la conexión de las centrales eléctricas.

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A menudo ha expresado su oposición a la participación extranjera y privada en el sector energético como parte de su campaña para erradicar la corrupción, argumentando que los gobiernos anteriores han sesgado el mercado a favor del capital privado.

Dice que la energía es un asunto doméstico y señala un artículo que insertó en el USMCA que se refiere a los derechos «inalienables» de México al petróleo y al gas. Los críticos dicen que el artículo no justifica las políticas de López Obrador contra las empresas extranjeras.

¿Puede México arreglar la disputa?

La mayoría de los analistas predicen que México fracasará si se le pide a un panel que resuelva la disputa. Eso podría ser muy costoso para México, lo que aumenta la posibilidad de aranceles punitivos de EE. UU.

Ambos países han subrayado previamente que quieren resolver las diferencias antes de llegar a un grupo.

Las conversaciones se estancaron después de que el ministro de Economía de México renunció en octubre. Su sucesor expulsó a varios negociadores comerciales experimentados, dejando a cargo a un equipo sin experiencia.

Dicen que el nuevo panel ha presentado propuestas que abordan dos de las cuatro áreas de la consulta y que también abordan otras preocupaciones de Estados Unidos. Pero no hay señales claras de un progreso significativo.

La resolución parece ser si los nacionalistas de la energía en la administración mexicana, que siguieron el ejemplo de López Obrador, están dispuestos a comprometerse.

¿Cuáles son las fichas de negociación de México?

López Obrador ha hecho de la política energética una piedra angular de su presidencia, lo que le dificulta dar marcha atrás.

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Su administración también es consciente de que la ayuda de México para lidiar con la inmigración ilegal tiene más peso en Washington, DC, debido a su importancia en la política interna de Estados Unidos.

La industria mexicana también está altamente integrada con la economía de los EE. UU., lo que hace que el conflicto comercial sea doloroso para los dos países en un momento en que la región está tratando de reducir su dependencia de Asia y reducir la creciente inflación.

Sin embargo, la confianza de los inversionistas en México se ha visto afectada. López Obrador busca ayuda de Estados Unidos para financiar la generación de energía solar en el norte de México y atraer inversiones en manufactura ecológica, en particular la fabricación de automóviles, una industria clave.