La agencia de calificación Fitch volvió a rebajar la calificación de la deuda de Rusia el martes, una decisión que significa que el riesgo de un incumplimiento soberano es «inminente» a sus ojos.
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Fitch, al igual que otros importantes S&P Global Ratings y Moody’s, ya colocó la calificación de deuda a largo plazo del país a principios de marzo en la categoría de países que probablemente no puedan pagar su deuda debido a la acumulación de sanciones económicas. Invasión de Ucrania.
Pero el martes decidió rebajar aún más la calificación, de «B» a «C», a la luz de «los acontecimientos que han socavado aún más la voluntad de Rusia de pagar la deuda pública».
Sin embargo, cuanto más baja es esta calificación, menos confianza tienen los prestamistas en el país y menos capacidad para pedir dinero prestado a tasas de interés razonables.
Para justificar su decisión, Fitch apunta a un decreto presidencial firmado el 5 de marzo que podría permitir a Rusia compensar a los acreedores de algunos países en rublos en lugar de en moneda extranjera. La agencia también se refirió a una decisión del Banco Central Ruso de restringir la transferencia de algunos bonos a no residentes.
«En general, sanciones y propuestas más duras que podrían limitar el comercio de energía aumentan la probabilidad de una respuesta política de Rusia que incluya al menos un impago selectivo de sus obligaciones soberanas», dijo Fitch.
Las barreras técnicas, como impedir la transferencia de fondos, también pueden impedir el pago de la deuda.
El default de Moscú será el primero desde 1998.