La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha lanzado un mensaje contundente: no hay ninguna dosis de alcohol segura. Según la OMS, todas las personas deberían optar por una dosis de cero alcohol para preservar su salud.

El consumo de alcohol puede tener efectos perjudiciales en el rendimiento deportivo. Entre los efectos negativos se encuentran la deshidratación, la disminución de la síntesis de glucógeno, la afectación del sistema cardiovascular y neuromuscular, el empeoramiento del daño muscular, la regulación de la temperatura corporal y el estado de ánimo depresivo. Estos efectos pueden ser especialmente perjudiciales para los deportistas, ya que pueden afectar su rendimiento y poner en peligro su seguridad.

Un ejemplo claro de cómo el alcohol puede afectar el rendimiento deportivo es el caso del jugador brasileño Adriano. El futbolista admitió públicamente su adicción al alcohol y cómo esta afectó su desempeño en el fútbol.

El consumo de alcohol antes de hacer ejercicio físico puede ser especialmente peligroso para la seguridad de los deportistas. Además, la resaca causada por la ingesta de alcohol puede afectar la respuesta aeróbica y la coordinación de los atletas.

No solo el rendimiento se ve perjudicado por el consumo de alcohol, sino que también aumenta el riesgo de lesiones en los deportistas. Además, la ingesta de alcohol durante la recuperación después del ejercicio físico afecta negativamente a la función inmunoendocrina, el flujo sanguíneo y la síntesis proteica.

Por todos estos motivos, se recomienda encarecidamente evitar la ingesta de alcohol en general, y mucho menos antes de realizar cualquier tipo de ejercicio físico. El ejercicio y el deporte son fundamentales para mantener una buena salud física y mental en todas las edades y géneros.

Es importante destacar que el diario EL PAÍS Salud y Bienestar ofrece información sobre la importancia del movimiento y el ejercicio físico. Además, desacredita mitos y falsas creencias relacionadas con el ejercicio y la salud.