El Papa Francisco realiza lavado de pies a mujeres reclusas en Roma durante Jueves Santo

El Papa Francisco pasó la tarde de Jueves Santo en la cárcel femenina de Rebibbia en Roma, donde realizó el tradicional gesto de lavar los pies de doce mujeres reclusas durante la celebración en la que se conmemora la Última Cena de Jesús.

En una homilía improvisada, el Papa habló sobre la importancia del perdón y del servicio, resaltando la necesidad de estar cerca de los pobres y de ser compasivos con aquellos que están alejados de la fe.

Este acto se enmarca en la tradición personal del Papa de vivir el Jueves Santo en una prisión, una práctica que ha mantenido desde que fue elegido como Sucesor de Pedro hace once años. Cada año, el Papa lava los pies de diferentes reclusos, incluyendo mujeres y personas no creyentes o de otras religiones.

Durante una misa crismal en la basílica de San Pedro, el Papa instó a los sacerdotes a practicar la compunción, un sentimiento de dolor por haber cometido un pecado, como un antídoto contra la dureza de corazón. En su mensaje, el Papa resaltó la importancia de la humildad y de la capacidad de llorar sobre uno mismo para poder experimentar la misericordia y el perdón de Dios.

El Papa Francisco continúa demostrando su compromiso con los más necesitados y su constante llamado a la reconciliación y al amor incondicional, inspirando a miles de fieles en todo el mundo a seguir su ejemplo de humildad y servicio a los demás.