España en el momento de la vuelta de las restricciones y toques de queda

Y Cataluña, epicentro de la quinta ola de la epidemia, se preparaba, este miércoles, según medios catalanes, para exigir a la justicia regional que obtenga luz verde para imponer un toque de queda en las ciudades más afectadas, incluida la capital, Barcelona.

Desde el fin de semana pasado, los clubes nocturnos con espacios interiores han estado cerrados durante al menos 15 días, mientras que se requiere una prueba de antígeno negativo o PCR para asistir a eventos al aire libre si hay más de 500 personas.

Otras regiones han tomado o están considerando medidas similares. Así, la Comunidad Valenciana (sureste) ha vuelto a imponer un toque de queda de 1 a 6 de la mañana (de 11 a 4 de la mañana GMT) y se limita a diez personas que pueden participar en reuniones en 32 localidades de más de 5.000 habitantes, tras la aprobación de el máximo órgano judicial regional.

El gobierno de Canarias quiso adoptar restricciones similares, pero la justicia local se lo impidió.

En cuestión, la variante delta, más contagiosa, se encontraba originalmente en las últimas semanas del dramático aumento de casos, especialmente en adultos jóvenes.

La infección alcanzó, en la noche del martes, 436 casos por cada 100.000 habitantes en un período de 14 días, un nivel que no se ha alcanzado desde las horas oscuras de la epidemia.

Sin embargo, este es el promedio nacional. Porque la situación entre los jóvenes está fuera de control.

Eso eleva la tasa de infección del martes a 3.311 casos por cada 100.000 personas durante 14 días con respecto al margen de 20 a 29 años.

READ  Los expatriados rusos luchan junto a los ucranianos contra su patria

«Los números son más que malos», dijo el lunes Josep Maria Argemon, funcionario del gobierno para asuntos de salud en Cataluña.

– Pocas muertes –

En las últimas dos semanas, Cataluña, una región del noreste de España con una población de 7,7 millones, ha registrado cerca de 79.000 casos nuevos.

Municipios como Barcelona, ​​que atrae a turistas de toda Europa durante el verano, buscan limitar el acceso a playas y parques, donde los jóvenes se reúnen en fiestas alcohólicas que favorecen la propagación del virus.

«Lo que nos sorprendió un poco fue la velocidad de la infección», dijo a la AFP el doctor Álvaro Arcocha, subdirector del Hospital Belvig de Barcelona.

En esta institución, el número de pacientes hospitalizados en el piso designado para pacientes con Covid-19 aumentó de 20 a 110 en menos de dos semanas. Además, la edad media de estos pacientes (44 años) es mucho menor que en oleadas anteriores de la epidemia.

Con gran parte de la población ahora vacunada, esta quinta ola es diferente a la anterior: los hospitales están recibiendo la llegada de pacientes más jóvenes, muchos de los cuales aún no han sido vacunados o no han completado el proceso de vacunación.

A nivel nacional, la cantidad de pacientes con coronavirus en unidades de cuidados intensivos, así como la cantidad de muertes, se mantienen muy por debajo del pico de la epidemia. El martes, las autoridades reportaron 13 muertes en 24 horas.

El desafío que enfrentan las 17 comunidades autónomas del país, funcionarios de salud, es encontrar la manera de combatir la epidemia por sí mismas, ya que a principios de mayo el gobierno central del socialista Pedro Sánchez levantó un estado de emergencia sanitaria, denominado estado de alerta.

READ  Mapa europeo de infecciones: Valonia y Bruselas se vuelven de color rojo oscuro

Con regiones privadas de este escudo legal, que sirvió de base legal para el toque de queda, dependen enteramente del poder judicial, que debe ratificar todas sus decisiones.

Por su parte, el gobierno de izquierda apostó todo por acelerar la vacunación, y aunque fuera un poco tarde, abrirla de 17 a 29 años.

Por eso, Sánchez reiteró el martes por la noche, en una entrevista televisiva, que «antes de que termine el verano, el 70% de la población estará vacunada y habrá completado el proceso de vacunación».

Pero el grave deterioro de la situación sanitaria preocupa a los profesionales del turismo español, que el miércoles expresaron temores de un «freno brusco», mientras que la temporada de verano estaba bien anunciada y aún queda un mes.