Ucrania fue atacada nuevamente el viernes por un bombardeo de misiles rusos, incluido el impacto en una clínica en Dnipro donde al menos dos personas murieron y 30 resultaron heridas, en un ataque que el presidente Volodymyr Zelensky denunció como un «crimen contra la humanidad».

En Moscú, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, discutió el conflicto en curso con el enviado especial chino, Li Hui, quien visitó Kiev el mes pasado. Afirmó que Rusia quería un acuerdo político, pero «Ucrania y sus patrocinadores occidentales están poniendo serios obstáculos a la reanudación de las conversaciones de paz».

Rusia también informó, por quinto día consecutivo, de bombardeos ucranianos en la región fronteriza rusa de Belgorod, así como de un ataque con drones en Krasnodar, a 200 kilómetros de Crimea.

El aliado de Moscú, Bielorrusia, otra fuente de tensión, dijo el jueves por la noche que Rusia había comenzado a desplegar armas nucleares en su suelo, según un anuncio hecho por Vladimir Putin en marzo.

La presidencia rusa también indicó que Vladimir Putin habló con su homólogo brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, y le aseguró que estaba «abierto» al diálogo, acusando a Kiev y sus aliados occidentales de «obstruir» las negociaciones.