La República de Nagorno Karabaj, también conocida como la autoproclamada República de Artsaj, ha anunciado su disolución y dejará de existir a finales de este año. Esta decisión se produjo después de que Azerbaiyán retomara el control del enclave con un ataque relámpago el día 20.

El presidente de Nagorno Karabaj, Samvel Shajramanián, firmó un decreto en el que se incluye la disolución del territorio como condición para detener la ofensiva azerí. Esta noticia ha generado gran angustia entre los habitantes que huyeron de la región, quienes lamentan la pérdida de sus hogares y vidas en este territorio.

Además, el ex primer ministro de Nagorno Karabaj, Rubén Vardanián, ha sido acusado de financiar el terrorismo y crear un ejército ilegal. En caso de ser declarado culpable, podría enfrentar una sentencia de catorce años de cárcel.

Por otro lado, entre los armenios que han llegado a Armenia como resultado de esta crisis, se encuentran personas heridas por la explosión de un depósito de combustible ocurrida el pasado lunes. Esta tragedia ha agravado aún más la situación de los desplazados y ha aumentado la preocupación por su bienestar.

Por su parte, Azerbaiyán ha establecido que los armenios que deseen quedarse en Karabaj deberán adoptar la nacionalidad azerí y cumplir con las leyes del país. Esta medida ha generado controversia y ha sido criticada por violar los derechos de los armenios que han vivido en la región durante décadas.

En resumen, la disolución de la autoproclamada República de Nagorno Karabaj marca un importante cambio en la situación política y territorial en esta región. Mientras tanto, continúan las tensiones y preocupaciones por el bienestar de los desplazados y las medidas impuestas por Azerbaiyán. Este conflicto sigue siendo motivo de gran preocupación a nivel internacional.