El Sevilla terminó el partido contra el Girona visiblemente enfadado con las decisiones del árbitro Gil Manzano. Hubo una jugada en la que Rakitic marcó un gol que fue anulado por fuera de juego, pero el árbitro no lo vio inicialmente. Posteriormente, el árbitro señaló un penalti por mano de David López, pero el VAR le informó de que no era punible y decidió no señalarlo.

Rakitic pidió más transparencia por parte de los árbitros y sugirió que deberían explicar sus decisiones. También criticó la forma en que los árbitros interpretan el juego y mencionó que a veces tardan mucho en tomar decisiones. El director deportivo del Sevilla, Víctor Orta, se enfadó y supuestamente insultó al árbitro en el túnel de vestuarios, lo cual podría acarrear consecuencias disciplinarias.

El acta oficial del partido no menciona el incidente con Víctor Orta, pero una versión completa publicada por Carrusel sí lo detalla. El protocolo arbitral establece que si el VAR llama a un árbitro a la pantalla, es su responsabilidad acudir y revisar la acción en el monitor. En este caso, Gil Manzano revisó la jugada y decidió no señalar el penalti, lo cual generó indignación en el equipo rival.

Con esta derrota, el Girona se mantiene como el único equipo de la competición sin puntos.