La Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) ha concluido su ciclo de diálogos «España y la UE a través de sus protagonistas» con la participación del vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, y la catedrática Isabel Álvarez.

En esta última sesión, De Guindos ha asegurado que las subidas de tipos de interés están llegando a su fin. Sin embargo, advierte sobre los efectos de segunda ronda y las expectativas de inflación, por lo que la decisión sobre los tipos de interés de mediados de septiembre aún está «abierta».

El vicepresidente del BCE destaca que las subidas de tipos de interés están endureciendo las condiciones de financiación y provocando una disminución en la demanda de crédito. Además, considera que la inflación tiene efectos negativos para la economía y la sociedad, especialmente para los segmentos de menor renta.

De Guindos defiende la política de subida de tipos de interés como una medida necesaria para sanear la economía y promover el crecimiento. Reconoce la intervención expansiva del BCE durante la pandemia como una medida que evitó un colapso mayor del sistema.

Por otro lado, señala que los indicadores económicos apuntan a una desaceleración en el tercer y cuarto trimestre. Por ello, aboga por un uso del «sentido común» en los planes de ajuste y reducción del endeudamiento. Considera poco «realista» el objetivo del 60% de deuda pública y propone una revisión de los objetivos que beneficie a todos los Estados de la Unión Europea.

De Guindos destaca que el impacto de la inestabilidad en China afecta principalmente al crecimiento económico a nivel mundial. Además, pronostica que los bancos españoles comenzarán a remunerar los depósitos en las próximas semanas o meses.

El vicepresidente del BCE rechaza que los países más poderosos den ventajas competitivas a sus empresas y aboga por un mercado competitivo en igualdad de condiciones. Asimismo, celebra que los Fondos Next Generation de la Unión Europea se hayan concedido como transferencias y no como préstamos.

De cara al futuro, considera que el euro digital será un método de pago útil para controlar los criptoactivos y stablecoins. Además, destaca la idiosincrasia del BCE debido a la fragmentación financiera y las divergencias de intereses entre los Estados miembros. Contrapone el modelo del BCE al Consejo Europeo, destacando la igualdad de voto de los gobernadores de cada país en el Consejo de Gobierno del BCE.