La directora Mabel Lozano ha sido galardonada con el premio Goya al Mejor Cortometraje Documental por su película «Ava». Este cortometraje aborda el tema de la explotación sexual de mujeres con discapacidad, una verdad incómoda pero necesaria de visibilizar.

Durante su discurso de agradecimiento, Mabel Lozano recordó una frase emblemática de Victor Hugo que destaca la persistencia de la esclavitud en forma de prostitución en nuestros tiempos. La directora resaltó la relevancia de estas palabras del siglo XIX, ya que la explotación sexual continúa siendo una realidad vigente en la actualidad.

«Ava» narra las historias de mujeres con discapacidad que son víctimas de trata y explotación sexual. Con este documental, Lozano busca denunciar una situación invisible para muchos y romper los estereotipos que rodean a las personas con discapacidad.

El premio Goya otorgado a Mabel Lozano representa un reconocimiento a su valiosa labor en la denuncia de la violencia de género que sufren las mujeres con discapacidad. Además, es un llamado de atención a la sociedad para que tome conciencia de esta grave problemática y se sume a la lucha por la igualdad y los derechos de todas las personas, sin importar su condición.

La directora ha utilizado el poder del cine para visibilizar una problemática que, en muchas ocasiones, pasa desapercibida. Su trabajo nos invita a reflexionar sobre la necesidad de combatir la explotación y la discriminación en todos sus niveles.

El cortometraje «Ava» ha recibido el reconocimiento de la industria cinematográfica española y, a su vez, se ha convertido en una herramienta para la sensibilización y el cambio social. La valentía y el compromiso de Mabel Lozano nos muestra la importancia de utilizar el arte como medio de transformación y concienciación.

En conclusión, el premio Goya obtenido por Mabel Lozano por su cortometraje «Ava» representa un paso más hacia la visibilización de la explotación sexual de mujeres con discapacidad. Su discurso de agradecimiento, en el que destacó la relevancia de una frase de Victor Hugo, nos insta a reflexionar sobre la persistencia de la esclavitud moderna y nos invita a unirnos en la lucha por la igualdad y los derechos de todas las personas.