Investigadores de todo el mundo han logrado devolver el sentido del olfato a pacientes que sufren de COVID persistente, gracias a un nuevo procedimiento «mínimamente invasivo» de solo diez minutos de duración. Este método consiste en una inyección y ha sido presentado en la reunión anual de la Sociedad Radiológica de Norteamérica.

Según estudios recientes, se estima que alrededor del 60% de los pacientes que han tenido COVID han experimentado una pérdida temporal del olfato, conocida como parosmia. En algunos casos, esta afección puede persistir durante meses e incluso años.

La parosmia puede afectar gravemente el apetito y la calidad de vida de los pacientes, ya que pueden desarrollar aversiones hacia alimentos y bebidas que antes disfrutaban. Además, el sentido del olfato alterado también puede causar una condición conocida como fantosmia, que se caracteriza por alucinaciones olfativas.

El nuevo estudio se centró en evaluar los beneficios de bloquear los ganglios estrellados, mediante un procedimiento que dura menos de 10 minutos y no requiere sedación ni analgesia. Cabe destacar que este tipo de procedimiento ha sido utilizado en el pasado para tratar diversas afecciones, pero no se sabía con certeza si sería efectivo para la parosmia.

Los resultados obtenidos fueron sumamente alentadores, ya que el 80% de los pacientes tratados experimentaron una mejoría significativa en su sentido del olfato después de la inyección. Esto supone un gran avance en el tratamiento de la parosmia, una condición que ha afectado a numerosos pacientes de COVID persistente en todo el mundo.

Los investigadores están entusiasmados con estos resultados y esperan que este nuevo procedimiento pueda ayudar a mejorar la calidad de vida de miles de pacientes que todavía sufren las secuelas del COVID. Sin duda, es un gran paso hacia la recuperación total de las secuelas y el bienestar de aquellos que han luchado contra esta enfermedad.