Una violenta mafia parapolicial en Río de Janeiro ha sumido a la ciudad en el caos y la destrucción al incendiar más de 35 autobuses como una venganza por la muerte de uno de sus líderes durante una operación policial.

Las autoridades han declarado una alerta y han suspendido parte de los servicios de transporte terrestre en la ciudad, lo que ha generado un colapso del tráfico en varias áreas, especialmente en la zona oeste.

A pesar de la situación de emergencia, el gobernador Claudio Castro ha elogiado la valentía de los agentes y ha advertido a los delincuentes de que no desafíen el poder del Estado. Este deplorable ataque criminal se convierte en uno de los más graves en la historia de la ciudad.

La muerte del líder de la mafia durante un enfrentamiento armado con la policía ha desencadenado estos disturbios. Como consecuencia, se han suspendido las clases en las escuelas de la zona oeste de la ciudad.

Estas llamadas milicias, grupos criminales conformados por policías y militares, han ido adquiriendo poder en los últimos años, controlando barrios en disputa con los narcotraficantes.

Ante esta situación, el alcalde de Río de Janeiro ha instado a una respuesta contundente por parte de las fuerzas policiales y ha criticado duramente a los responsables de estos disturbios, calificándolos de delincuentes e idiotas. Es necesario poner un alto a estas acciones que afectan la vida cotidiana de los ciudadanos y la imagen de la ciudad en su conjunto.

Las autoridades continúan trabajando arduamente para restablecer la normalidad en la ciudad y llevar a los responsables ante la justicia, manteniendo el compromiso de proteger la seguridad y el bienestar de los ciudadanos de Río de Janeiro.