El pintor Joaquín Sorolla, reconocido exponente del arte a finales del siglo XIX y principios del XX, falleció el 10 de agosto de 1923. Su legado ha sido fundamental para la Historia del Arte y su figura continúa siendo recordada y admirada en la actualidad.

En honor a la trayectoria y contribución artística de Sorolla, el Año Sorolla se encuentra en pleno desarrollo, así como numerosas exposiciones y proyectos en todo el país. Con el objetivo de mantener viva la memoria del pintor, se llevó a cabo una emotiva ofrenda floral en su tumba, ubicada en el Cementerio General de València.

El acto contó con la presencia de familiares directos del pintor y destacadas personalidades del ámbito institucional. El biznieto y la tataranieta de Sorolla depositaron un conjunto floral en colores que él solía utilizar en sus lienzos, rindiendo así un tributo acorde a su estilo artístico.

Durante la ceremonia, el talentoso violonchelista Félix Romero interpretó el Cant dels Ocells, en memoria de Sorolla. Esta emotiva actuación, sumada a la presencia de los seres queridos del pintor, otorgó un ambiente especial y conmovedor al evento.

Cabe mencionar que los restos de Joaquín Sorolla fueron trasladados desde Madrid hasta València, ciudad que lo vio nacer, reposando en un majestuoso mausoleo construido por su propio nieto. El traslado fue llevado a cabo con honores propios de un capitán general, lo cual refleja la importancia y relevancia que Sorolla aún mantiene en el panorama artístico español.

El Año Sorolla se ha convertido en un acontecimiento destacado en la agenda cultural, generando un gran interés y convocando a numerosos visitantes al Museo de Bellas Artes de València. Asimismo, en Madrid se realizó otro emotivo homenaje en la casa museo del artista, con una ofrenda floral y la interpretación de una pieza de chelo.

Los familiares presentes en la ceremonia destacaron la importancia del lugar y rememoraron momentos especiales vividos junto al pintor durante su estancia en el museo. Estos encuentros permiten mantener vivo el legado de Sorolla y acercar su figura a nuevas generaciones de amantes del arte.

En resumen, el fallecimiento de Joaquín Sorolla en 1923 no ha apagado su influencia en el mundo del arte. El Año Sorolla sigue rindiendo homenaje a su genialidad a través de exposiciones y proyectos, mientras que la ofrenda floral en su tumba y los actos conmemorativos en València y Madrid mantienen vivo su recuerdo y su legado.