Un nuevo campo de estudio ha surgido a partir de la investigación del gusano Caenorhabditis elegans en 1974, cuando Sydney Brenner publicó un artículo que ha revelado mecanismos importantes conservados en otros animales, como las moscas y los ratones.

La investigadora Coleen Murphy ha utilizado estos gusanos para estudiar cómo el envejecimiento impacta el aprendizaje, la memoria y la reproducción, y recientemente ha publicado un libro sobre longevidad.

Actualmente, hay un interés creciente en ralentizar el inicio de enfermedades relacionadas con la edad en lugar de simplemente extender la vida, lo que ha llevado a ensayos clínicos con fármacos como la metformina para retrasar el proceso de envejecimiento.

Se busca encontrar tratamientos efectivos para personas mayores, investigando vías genéticas que podrían modificar el metabolismo de manera positiva en etapas avanzadas de la vida.

A pesar de que millonarios de la industria tecnológica están financiando investigaciones para retrasar el envejecimiento, la doctora Murphy destaca la importancia de llevar a cabo ensayos clínicos rigurosos y éticos.

Surge la pregunta sobre si existe un límite para la prolongación de la vida, enfatizando la importancia de vivir muchos años con buena salud en la vejez y resaltando la importancia del ejercicio para un envejecimiento saludable.

Se han identificado diferencias de género en la adopción de dietas extremas con base hormonal y evolutiva, y se destaca el papel de los nuevos fármacos para la obesidad en el cambio de hábitos alimenticios.

Aunque existen fármacos que pueden ayudar a prevenir enfermedades relacionadas con la edad, no todos son considerados como fármacos antienvejecimiento debido a su efecto preventivo en la mortalidad prematura.