El Centro de Astrobiología (CSIC-INTA) de Torrejón de Ardoz ha hecho un emocionante descubrimiento en el campo de la astronomía que desafía el conocimiento previo sobre la formación de galaxias. Han encontrado la galaxia espiral barrada más remota conocida hasta ahora, a la que han denominado Ceers-2112. Sorprendentemente, esta galaxia tiene una estructura gemela a la de nuestra propia Vía Láctea.
Según los científicos, la imagen de la galaxia Ceers-2112 es de hace aproximadamente 2.100 millones de años, lo cual indica que ya existían galaxias similares a la Vía Láctea hace 11.700 millones de años, mucho antes de lo que se creía. Se pensaba que la estructura de las galaxias espirales como la nuestra no se consolidaba hasta que el universo tenía la mitad de su edad actual, por lo que este descubrimiento ha desafiado las teorías establecidas hasta ahora.
Un aspecto interesante de esta galaxia es que presenta una barra galáctica en su estructura, al igual que nuestra propia Vía Láctea. Este hallazgo es relevante, ya que demuestra que la evolución de la galaxia Ceers-2112 estuvo dominada por los bariones (materia ordinaria) y no por la materia oscura.
El descubrimiento de esta galaxia remota ha sido posible gracias a las observaciones del telescopio orbital James Webb, que está revolucionando la astrofísica al revelar que el universo lejano no es como se esperaba. Además, el estudio de la estructura de galaxias a diferentes distancias ayuda a reconstruir la historia de formación y evolución de nuestra propia Vía Láctea.
Este sorprendente hallazgo ha sido resultado del proyecto CEERS, en el cual han participado 33 investigadores de 29 instituciones en ocho países. Esto demuestra la importancia de la colaboración internacional en el avance de la ciencia y pone de relieve la relevancia del Centro de Astrobiología (CSIC-INTA) en el campo de la astronomía.
En resumen, el descubrimiento de la galaxia Ceers-2112 ha sorprendido a la comunidad científica y desafía las teorías previas sobre la formación de galaxias. Este hallazgo demuestra que las galaxias similares a la Vía Láctea existían mucho antes de lo que se creía, y que la evolución de estas galaxias está influenciada por la materia ordinaria en lugar de la materia oscura. Gracias al telescopio orbital James Webb y al proyecto CEERS, la astrofísica está experimentando un verdadero avance y proporcionando una mayor comprensión del universo lejano.