Hace apenas tres décadas se descubrió un fenómeno poco conocido que ocurre en la mesosfera de la Tierra: destellos luminosos y breves. Estos destellos, que recibieron nombres inspirados en ‘Sueño de una noche de verano’, como duendes o elfos, estaban relacionados con los rayos de tormenta, pero se ubicaban a decenas de kilómetros sobre las nubes.

Durante mucho tiempo, se creía que estos destellos verdosos, conocidos como fantasmas o Ghosts, tenían su origen en el oxígeno. Sin embargo, un nuevo estudio publicado en la revista Nature Communications revela que estos destellos están asociados a metales como el hierro y el níquel.

El estudio fue liderado por el Instituto de Astrofísica de Andalucía, perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Los investigadores utilizaron datos obtenidos por un radar meteorológico instalado en Almería y un telescopio ubicado en Sierra Nevada para realizar su investigación.

Los resultados del estudio mostraron que los destellos luminosos observados en la mesosfera están relacionados con partículas metálicas, como el hierro y el níquel, que se encuentran presentes en la atmósfera superior de la Tierra. Estas partículas son liberadas durante la entrada de meteoroides en la atmósfera y, al ser ionizadas por la energía de los rayos, generan los destellos luminosos.

Este descubrimiento es de gran importancia, ya que contribuye a comprender mejor los mecanismos que ocurren en la mesosfera de nuestro planeta. Además, destaca la importancia de la investigación científica en el campo de la astrofísica y su impacto en la comprensión del universo y sus fenómenos.

En conclusión, un nuevo estudio liderado por el Instituto de Astrofísica de Andalucía revela que los destellos luminosos en la mesosfera, conocidos como fantasmas o Ghosts, están asociados a metales como el hierro y el níquel. Este descubrimiento proporciona una nueva perspectiva sobre estos fenómenos y contribuye al avance de la ciencia en el campo de la astrofísica.