El asesinato fue anunciado por el primer ministro en funciones, Claude Joseph.
Dijo: «El presidente fue asesinado en su casa por extranjeros que hablaban inglés y español. Atacaron la residencia del presidente de la República».
«La situación de seguridad está bajo control», dijo.
Joseph dijo que la esposa del presidente resultó herida en el ataque, que tuvo lugar alrededor de la 1 a.m. hora local (7 a.m. hora belga) y fue trasladada al hospital. Pidió a los residentes que se calmaran e indicó que la policía y el ejército garantizarían el orden.
Presidente desde 2017
Viniendo del mundo empresarial, Jovenel Moyes, de 53 años, fue elegido presidente en 2016 con la promesa de desarrollar la economía del país y asumió el cargo el 7 de febrero de 2017.
Activo en muchos campos económicos, incluida la explotación de plantaciones bananeras, prácticamente no tenía experiencia en política en el momento de su elección y era poco conocido por sus compatriotas.
Haití sufre de inseguridad, especialmente secuestros para pedir rescate, llevados a cabo por bandas con verdadera impunidad. Una situación en la que Jovenel Moss, acusado de inacción ante la crisis, debería haber enfrentado una fuerte desconfianza en gran parte de la sociedad civil.
En este contexto, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, Estados Unidos y Europa plantearon temores de un cambio hacia un caos generalizado, ya que pidieron elecciones legislativas y presidenciales libres y transparentes para fines de 2021.
Jovenel Moss anunció el lunes el nombramiento de un nuevo primer ministro, Ariel Henry, con la tarea de celebrar específicamente las elecciones.
Gobierna por decreto desde enero de 2020, sin parlamento, y mientras su mandato está en disputa, Jovenel Moïse también ha iniciado la reforma institucional.
Se iba a celebrar un referéndum constitucional inicialmente programado para abril, primero pospuesto al 27 de junio y luego nuevamente debido a la pandemia de Covid-19, el 26 de septiembre. El objetivo de la reforma era fortalecer los poderes del poder ejecutivo.
Pero en las calles de Puerto Príncipe, el deterioro de la situación en el país fue aún más pronunciado.
Desde principios de junio, los enfrentamientos entre bandas rivales en el oeste de Puerto Príncipe han paralizado el tráfico entre la mitad sur del país y la capital haitiana.
Miles de residentes del muy pobre barrio de Martissant, que es disputado por las pandillas, se vieron obligados a huir de sus hogares y tuvieron que ser recibidos por familiares o en los gimnasios.
El 30 de junio, 15 personas murieron en un tiroteo en el centro de Puerto Príncipe, incluido el periodista Diego Charles y la activista política de oposición, Antoinette Duclerc.