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Depresión mayor: una mujer tratada primero con un trasplante de cerebro

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Depresión mayor: una mujer tratada primero con un trasplante de cerebro

Podría ser una revolución en el campo de la psiquiatría. Investigadores de la Universidad de California en San Francisco (EE. UU.) Han desarrollado un implante cerebral para combatir los casos más graves de depresión.

Según sus hallazgos, el dispositivo tuvo efectos beneficiosos en un paciente de 36 años con depresión refractaria, en otras palabras, resistente al tratamiento. Un fenómeno que afecta del 15 al 30% de las personas con este trastorno.

Se supone que el implante, que está destinado a complementar el tratamiento y el cuidado personal, es el primero de su tipo en mostrar resultados positivos. Los intentos anteriores de terapia cerebral solo han fracasado.

Los investigadores señalaron que esta nueva tecnología se caracteriza por el uso de diferentes estimulaciones del cerebro. Esta vez con resultados convincentes.

Tratamiento de dos pasos

Concretamente, este tratamiento se realiza en dos etapas. El primero es registrar las ondas cerebrales de un paciente para identificar biomarcadores, una sustancia química en el cuerpo que puede diagnosticar o seguir el curso de una enfermedad. Permite a los investigadores trazar un mapa del patrón cerebral de un paciente y determinar dónde ocurren los síntomas de depresión. A partir de este análisis, se puede rastrear el seguimiento personal del paciente.

El segundo paso gira en torno a la colocación del implante y su relación con los signos vitales. El ciclo de depresión del paciente, asociado con el trasplante, forma un circuito cerrado.

Según este proceso, la motivación es subjetiva. Investigadores universitarios California San Francisco Intente identificar y así modificar el circuito de depresión en el cerebro de cada paciente, de manera adecuada.

El informe también destaca la falta de recursos

Sin embargo, aunque esta tecnología puede parecer prometedora, todavía está en su infancia y solo se ha probado en un paciente.

Por lo tanto, se reclutó a otros pacientes para profundizar en el experimento. Los investigadores también están estudiando si los circuitos depresivos de una persona pueden cambiar con el tiempo.

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