El Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, José Borrell, ha condenado enérgicamente la violencia perpetrada contra manifestantes en Georgia. Borrell instó a las autoridades georgianas a proteger el derecho de reunión pacífica y criticó el uso desproporcionado de la fuerza para reprimir protestas.
Además, el funcionario europeo hizo un llamado a los líderes políticos de Georgia para que retiren el proyecto de ley de agentes extranjeros, que ha sido objeto de controversia en el país. Por su parte, la presidenta de Georgia, Salomé Zourabichvili, también se pronunció en contra de la violencia policial y defendió la integración de Georgia en la Unión Europea, acusando al gobierno de sembrar división en el país.
La brecha entre la presidenta y el partido gobernante se ha ampliado después de que este último volviera a aprobar el polémico proyecto de ley de influencia extranjera. La ley, apodada como “rusa” por la presidenta, requiere que las ONGs y medios de comunicación que reciben más del 20% de sus fondos del extranjero publiquen sus declaraciones.
El gobierno georgiano ha justificado la ley como necesaria para evitar la desestabilización antes de las elecciones parlamentarias, pero ha recibido duras críticas tanto a nivel nacional como internacional por limitar la libertad de expresión y poner en riesgo la democracia en el país. La Unión Europea ha expresado su preocupación por la situación en Georgia y ha llamado al diálogo para encontrar una solución pacífica a la crisis.
