El 55,7% del electorado chileno ha decidido mantener la Constitución actual en vez de adoptar una nueva propuesta redactada por un Consejo Constituyente de ultraderecha y derecha, según los últimos resultados de las elecciones. Esta victoria supone un revés para el presidente Gabriel Boric, quien había prometido terminar con la Carta Magna dejada por el dictador. Aunque Boric no logró su objetivo, ahora se enfocará en las prioridades de la población, como la educación, la salud, el sistema de pensiones y la inseguridad.

Por otro lado, José Antonio Kast, líder del Partido Republicano y encargado de redactar la propuesta rechazada, ha reconocido el fracaso y ha anunciado que dirigirá su enfoque hacia las próximas elecciones municipales. Este segundo intento de cambiar la Constitución ha puesto de manifiesto una tendencia de rechazo por parte de la población chilena, lo que refleja la distancia y el escepticismo hacia la política.

Este resultado tendrá un impacto significativo en la política diaria en Chile y muestra la profundidad del problema que enfrenta el país en el proceso constituyente. Aunque muchos esperaban un cambio radical, la mayoría de los votantes optaron por mantener la Constitución actual. Ahora será crucial que el gobierno de Boric se enfoque en satisfacer las demandas y necesidades de la población, lo que incluye abordar los desafíos relacionados con la educación, la salud, el sistema de pensiones y la creciente inseguridad.

El futuro político de Chile se verá afectado por este resultado, con diferentes agrupaciones y partidos preparándose para las próximas elecciones municipales. La participación ciudadana en el proceso constituyente ha sido importante y ha demostrado el interés y la preocupación de la población en la dirección que tomará el país. A medida que se avanza en el camino político, será crucial encontrar formas de generar confianza y consenso entre las distintas fuerzas políticas y la ciudadanía en general.

En definitiva, la decisión del electorado chileno de mantener la Constitución actual en lugar de adoptar una nueva propuesta redactada por un Consejo Constituyente es un reflejo de la distancia y el escepticismo hacia la política. Esto plantea desafíos para el presidente Gabriel Boric y también para las futuras elecciones municipales. La profundidad del problema que enfrenta Chile en el proceso constituyente es evidente, y será crucial abordar las prioridades de la población y generar consenso en el camino político.