Sin embargo, el escenario más probable a los ojos de las Naciones Unidas es menos dramático. Cuenta con una disminución gradual de la gravedad de la enfermedad provocada por el virus, gracias a la mejor inmunidad de la población.
El miércoles, la Organización Mundial de la Salud publicó una versión revisada de su plan estratégico para combatir la pandemia.
Su consejero delegado, Tedros Adhanom Ghebreyesus, espera que sea el último, ya que la enfermedad, que se detectó por primera vez en China a finales de 2019, se ha extendido por todo el mundo matando a más de 6 millones de personas, según cifras oficiales pero sin duda. más que eso, mucho. No hay una contabilidad precisa.
“Según lo que sabemos ahora, el escenario más probable es que el virus continúe evolucionando, pero la gravedad de la enfermedad que causa disminuirá a medida que aumente la inmunidad gracias a la vacunación y las infecciones”, explicó el Dr. Tedros durante una rueda de prensa.
Los picos de infección pueden aparecer de vez en cuando a medida que la inmunidad vuelve a caer, lo que requiere vacunas de refuerzo, especialmente para aquellos en riesgo.
El titular de Naciones Unidas agregó: “En el mejor de los casos, veremos la aparición de variantes menos peligrosas y no habrá necesidad de nuevas formulaciones de dosis y vacunas de refuerzo” para combatirlas.
Pero «en el peor de los casos, surge un virus más letal y de transmisión más rápida. Ante esta nueva amenaza, la protección de la población -gracias a una vacunación o infección previa- de formas graves de enfermedad o muerte disminuirá rápidamente». dice el Dr. Tedros.
Entonces será necesario modificar significativamente las vacunas existentes y garantizar que se distribuyan a los más vulnerables.
Maria Van Kerkhove, quien supervisa la lucha contra el covid para la Organización Mundial de la Salud, enfatizó que incluso en su forma actual, «el virus todavía tiene mucha energía».
La semana pasada, más de 10 millones de personas se infectaron y 45.000 personas fallecieron, según cifras enviadas a la Organización Mundial de la Salud. Pero el número es ciertamente mucho mayor.
Muchos países que han levantado la mayoría de las restricciones sanitarias para controlar la epidemia han reducido al mismo tiempo significativamente el número de test, lo que hace muy difícil medir la evolución de la epidemia.